martes, 29 de enero de 2013

Bon, Chez Bon. Paris

Esta entrada está escrita hace tiempo ... Pero por unas cosas o por otras (y por tanta ausencia) nunca la publiqué.

Permitidme la broma fácil... 

Sir Sean Conrery es Bond, James Bond

Dentro de nada es 14 de febrero, día del amor, qué mejor que planear una escapada a la ciudad del amor. Este restaurante es un valor seguro.

La realidad es que el restaurante se llama Chez Bon y no está en Londres como 007 sino en París.
Y la realidad más real es que yo lo conocí siendo Chez Bon pero ahora se llama Bon a secas.

Su web es de diseño, como la casa, pero no hace justicia a lo que uno se encuentra cuando llegamos al 25  Rue de la Pomp y vemos el BON.


Otra joya de arquitectura genial y arrogante diseño de mi adorado e inimitable favorito Philippe Starck.
Ya he hablado de algunas cosas suyas que conozco y me alocan: Delano Hotel en Miami y Ramses Life & Food en Madrid

Pues el Bon no va a ser menos... ¡¡Derroche de talento pordios!! 
Y si a esto unimos una cocina francesa exquisita de la muerte y lo aderezamos con famos@s guap@s del mundo de la moda, el Bon se convierte en imprescindible para todo el que quiera disfrutar de la verdadera experiencia francesa: lujo, glamour, arte y belleza, mucha belleza.
C'est la vie!!


No es la discreción la mejor palabra para definir la personalidad de Bon, sin embargo, sí hay mucha discreción en el ambiente a pesar del "famoseo" mundial que se da cita en este club-restaurante.

Esta vez, hace ya unos años, no llegamos al Bon de casualidad. Fue un hallazgo premeditado buscando en guías y demás una frase clave: restaurante de moda en París.

El Bon aparecía con ese nombre y los apellidos de: diseño P. Starck, lujoso, lleno de glamour y ambiente VIP.
Con semejante pedigree ¿quién se lo pierde?.


Pues casi casi nosotros... Hicimos una reserva el día antes y cuando llegó la hora, muy tarde, y después de patear Rue de Faubourg Saint-Honoré y visitar el Louvre, nos apeteció entre cero y nada acicalarnos para ver y ser vistos en semejante Chez.

Total que llamamos para cancelar y reservar otro día y a la amable contestación de: lo siento Monsieur pero el restaurante y club están completos todo el fin de semana... decidimos que había que mover el trasero y subirse a los tacones.

Nos fuimos caminando; el hotel boutique, una monada de las pocas que Melia conserva con gusto, estaba cerca (creíamos).

Nos perdimos... Así que después de jurar en arameo y echar de menos las Converse, nos indicaron que: oh oui oui oui le Chez Bon no estaba muy lejos de allí después de callejear un buen rato...


Es tan, tan... TAN... que te olvidas de todo desde que entras, te sonríen (sé, mis queridas amigas Belén, Cinti y seguro que alguna más, que tenéis vuestros más y menos con los gabachos pero no sé porqué, yo los encuentro educados y encantadores o al menos lo son conmigo) te preguntan que tipo de mesa deseas y te conducen a ella con elegancia sobria. Me fascina su savoir-faire.

La mesa, había poco donde elegir ya, era una especie de gran mesa que compartimos con una preciosísima pareja tan extranjera como nosotros. 

 

En el Bon hay diferentes ambientes, muy habitual en las estructuras de diseño de P. Starck.
Todos con marcadas señas de identidad bien diferentes.
Mesas para compartir, exclusivos apartados reservados, zona de biblioteca, el jardín terraza para fumadores, cristales y transparencias llenas de luz o esquinas llenas de sombras y lámparas a medio gas.

Todo con una cuidada precisión para jamás caer en el peligroso horterismo del "quiero y no puedo".
Tanto Philippe Starck como el Bon quieren y pueden.

No hay manteles, algo de agradecer en ciertos sitios donde el suelo y los tacones de las damas son dignos de ser admirados, la cristalería es simple, la cubertería minimalista y los platos cada uno de su padre y de su madre ¡Y olé! 


¡Claro! Hay que pedir champagne... Lo demás sería atentar contra un posible momento de vanidad absoluta.
Hay vinos deliciosamente caros con los que quedar de cine con el sumiller, pero en mi caso no me gustan ni caros ni baratos así que, burbujitas para acompañar la estancia allí rodeados de gente muy alta y muy guapa.
Cenar con la pasarela de París alrededor es un plus, para todo, incluida la humildad...

 

Antes he dicho que la cocina es exquisita... A ver, lo imagino porque no lo recuerdo...
No por nada, sólo porque yo no tengo ni idea de cocina, no soy gourmet ni sabia experta culinaria y mucho menos soy gastroblogger.

A mi con que me den un buen foie gras (que casi casi apuesto y no pierdo que lo pedimos de entrada) con alguna confitura que a mi  paladar le parezca exquisita y pan de nueces y pasas para "untar", ya me tienen ganada.
Imagino sobre la mesa alguna ensalada con queso de cabra y algún otro ingrediente sorpresivo.  Seguramente mi segundo consistiría en algo de pato, me encanta el pato (si lo pienso... no)
Así que ya sabéis, a l@s que os digo que os quiero "un egg de pato" es que os quiero mucho y si añado "de pato chino" es que os quiero una barbaridad. 


El año pasado 2011, septiembre, reservamos en el Bon, en el Club, peeeero, como descubrimos Le Matignon a cinco minutos caminando de nuestro hotel y nos gustó tanto, no fuimos, excusa perfecta para volver a París y darnos el capricho en el Bon de nuevo, claro que el año pasado también descubrimos otra joya gastronómica con un plus maravilloso: Rafael Nadal. Será objeto de otro post.
Ainsss ¡Tanto para disfrutar y degustar en París de día y de noche que no hay horas!


Pues eso es, París me gusta. Pero no me gusta desde siempre. Es curioso.

La primera vez que fui a París odie la ciudad, no le veía ninguna gracia a avenidas gigantescas, no encontré el glamour por ningún lado y eso, querid@s mí@s, que nos alojamos en uno de los hoteles con más solera, encanto y rancio abolengo no sólo de Europa sino quizás del mundo (dejando fuera el hotel más caro del mundo que conozco y jamás entraría en disputa por rancio abolengo... Burj Al-Arab en Dubai) con lobby y salones de películas famosas y habitación con vistas a la Tour Eiffel, el Gran Hotel de París (curiosamente lejos de ser para mi un Dolce Far Niente).
Mi querida Aran, esto te lo dedico con amor: hubo un tiempo en el que no me gustó París...

Qué importante es no sólo donde uno habite sino como lo habite. El estado de ánimo hace un gusto. Y desde hace unos años París es una de mis ciudades de estado de ánimo 10.


También es verdad que París bien vale una misa y una buena Visa.
Miss A

martes, 22 de enero de 2013

Brunch in New York.

Y otra vez tanto tiempo...
Y otra vez no sé como empezar... Bueno sí, de la única forma que debo: dando las GRACIAS a tod@s por tanto cariño, apoyo, tantos mensajes, saludos, besos, regalos... recibidos en ese tiempo bastante out del mundo blogger ¡¡GRACIAS DE CORAZÓN!!

Todo este cariño me hace retomar y hacerlo con este post.

Mucha gente amiga, blogger, no blogger, aquí y allá, me dice que hable de NYC, un@s saben/sabéis que es mi ciudad favorita y otr@s imagino que por curiosidad.
No sabéis la pereza tan enorme que me da hablar de NYC :-)... Es que no sé como voy a explicar lo que vivo en NY. No es cuestión de sitios Dolce Far Niente, es por la ciudad en sí. Nunca duerme, dice la canción, es cierto, una ciudad despierta y que despierta los sentidos.

Este video de U2 no habla de NYC pero refleja todo su espíritu, rodado por Bono y sus chicos en las principales calles de Manhattan... 

Ciudad que adoro, por todo, en especial por sus contrastes ciclotímicos que hacen que la ame y la odie.
En cada post que escriba sobre Nueva York, contaré cositas de esta ciudad, o quizás le dedique un post entero a los sentimientos... Ufff perezón.. post rollo total... 

NYC es como una gata o como la luna, incluso creo que yo soy un poco como NYC: o la odias o la amas pero jamás pasará desapercibida.


Recién llegada de La Ciudad, un post para abrir boca: Los brunch.
En este viaje hemos hecho 3 brunch. 
Uno de los momentos de vacaciones que más me gustan :-)
En todos los sitios a los que vamos, preguntamos por lugares que hagan brunch, es delicioso levantarte muy tarde y pasar horas desayunando comiendo merendando... 

Creo que por tod@s es sabido el origen de la palabra BRUNCH. A mi me gusta como suena, me gustan las palabras sonoras, con r trabadas y s silabantes. 

- Domingo: Brunch en Waldorf-Astoria


Describiría este brunch como típico de hotel de lujo, en este caso, rancio (el hotel, no el brunch...) y con muchas ínfulas... como casi todos los hoteles de llamado "lujo convencional".

Como pensamos en 3 brunch bien diferentes, elegimos este el primero, sabíamos que nos íbamos a encontrar con un buffét enorme, muchas mesas, manteles largos y muchas copas. 


El hotel es como todos los de este tipo: escaleras enormes, lámparas, tapices, alfombras, mármoles... mucha gente entrando y saliendo.

Adorado por la gente high (y no tan high por lo que pude observar) de Sudámerica. Creo que el que aparezca en el cancionero salsero tiene mucho que ver con esto: Gloria Stefan, Ricky Martin o Juan Luis Guerra entre otros, lo mencionan. 


El brunch está bien, largas mesas adornadas con flores y detalles frutales, llenas de cositas ricas en pequeñito.
Por orden meticuloso de mayor a menor, pero la gente no hace mucho caso y van a sus preferencias... 
Generalmente, y sé que al hablar de generalidades se pierde razón... los mayores llenan sus platos de todo sin ton ni son como si la ONU hubiera anunciado el comienzo de la III Guerra Mundial o como si fuera su último día en la tierra con dientes y paladar... o tal vez sea para amortizar el dinero pagado, bastante en el caso de este brunch. Sea como sea, me parece de una ordinariez supina muy respetable. 
En el caso de los peques, lo suelen llenar con mezclas imposibles de pasta, helados y pastelitos variados todos sin fruta. 

Momento ensaladas. La famosa Waldorf con nueces y apio es deliciosa. 
Rincón seafood, el más visitado...
Pastelitos y frutas

Aparte de estas delicias, hay cientos de variantes más: panes, salmón, sushi, pastas, carnes de todo tipo, verduras, huevos y variaciones en tortilla, revueltos... quesos de todos los países... 
Por supuesto, champagnes, aguas, vinos, refrescos, zumos, cocktails y el rey del brunch: mimosa cocktail.

El servicio habla castellano en un 99% y un 95% son hispanos, así que no hay problemas para demandar cualquier capricho.

Hmmmm me llamó la atención los comensales, nada acordes con el "lujo" del hotelito. No gente guapa. ni chic, ni jóvenes, ni gente de negocios con domingo de asueto. Más bien familias enteras de vacaciones con fascinante curiosidad por el hotel.

Mi brunch consistió en un par de Mimosas, un platico variado de cosas que me gustan, un segundo de solomillo wellington con mi favorito mashed potatoes, un crepe/crêpe con anécdota incluida, earl grey con pastitas y un par de macarons.

Mi primero, el gofre es para la langosta... Manías de una de dulce y salado. 

2 horas de charla divertida con la mejor compañía observando al personal allí presente y deliciosa comida en su punto perfecto de degustación. 
La calidad es de 10, el servicio de 12, la decoración de 5, el estado de conservación de 7 y el ambiente de 2 en mi escala de ambientación perfecta. 
No es de ir dos veces, para probar otros del estilo: Plaza, Mandarin...

- Sábado: Brunch en Beaumarchais


Descarado, insolente, provocativo, provocador y totalmente irreverente es este brunch, al igual que el dramaturgo que le presta su nombre, Pierre-Agustin de Beaumarchais.
Completamente imprescindible en nuestra agenda "new-yorkina" desde ya.

En el centro del mega fashion Meetpacking District y enfrente de mis sitios favoritos para ver y ser vistos: The Plunge en el Gansevoort Hotel y el privadísimo Soho House, se asienta un lugar insólito de difícil creencia si no es por la fe loca que despiertan NYC y sus rincones.

La entrada jamás garantizaría lo que puedes vivir dentro del Beaumarchais.

Lo encontramos buscando nuestras palabras claves en San Google: fashion, chic, lo último... y en este caso añadiendo brunch y NYC


Imprescindible hacer reserva.
Recomendación: reservar con mucho tiempo de antelación. Si queremos un brunch tranquilito y relajado de sábado o domingo, irse del club antes de las 2. Si lo que queremos es un previo a la noche del sábado o domingo, reservar a las 3 y quedarse hasta que el alcohol y la marcha desaparezcan  diluidos en el agotamiento (o en las calorías...)


Cuando haces la reserva insisten mucho en ir adecuadamente vestido, hablan incluso de traje de cocktail para las damas y señoritas... A ver, estamos en NYC de los USA... es decir, cualquier cosa que una española con gusto, saber vestir y con elegante saber estar se coloque en su cuerpo serrano, va a ser  apropiado para ir al Beaumarchais, si nos ponemos lo que nosotros entendemos por traje de cocktail, iremos completamente over-dressed y nos sentiremos mal, muy mal.
Por otra parte, en el concepto de ir bien vestido del estilo americano cabe de todo... cuidado...

Total, que entras en el barcito y no llama la atención por nada, no tiene personalidad, a no ser que entres a partir de las 3 de las tarde, entonces, sólo verás mucha gente, nada del barcito, mesas llenas, poca luz, música muy alta, una fiesta de lo más cool, gente guapa por doquier y mucho de todo.

Un brunch cualquiera en Beaumarchais

Aquí no hay buffét, hay carta, muy completita, por supuesto el plato estrella es el plato estrella de todo brunch de carta que se precie: huevos benedictine, en este caso con caviar, ensalada y verduras cocinadas deliciosas. Las french toast es el number one de los postres del brunch de carta, y deliciosas pancakes con frutas, frutos secos y sirope de arce.

Nuestro brunch consistió en huevos benedicto con caviar, pancakes, earl grey y... los cocktails.... que puedo decir... cayeron media docena de deliciosos Bellini.


Y ahora, al temita... ¿Por qué ir a este brunch a partir de las 3 de la tarde? Porque cualquier parecido con una fiesta cool de Madrid de las 2 la mañana es pura coincidencia...
Gente muy guapa, muy guapa (sobre todo mujeres muy guapas) moda, música a tope, DJ de moda, poca luz, mucho alcohol, risas...
Las malas lenguas comentan... a cierta hora, mitad de tarde, las chicas más bellas de NYC bailan sobre las mesas, se pagan miles de dólares por botellas de champagne, se cierran las cortinas a la calle y el Beaumarchais se convierte en la fiesta más descarada de todo Manhattan...
No nos quedamos a vivirlo... a las 15:30, cuando cerraban las cortinas y se hacía de noche en el barcito, nosotros nos fuimos a ver la luz de la Galería Frick, otra de las citas imprescindibles de NYC. Plan perfecto para un sábado de asueto: brunch de moda, arte y paseo por Madison.

Las celebrities y sus celebraciones... 

Unas cuantas horas de charla, ver fotos (las de mi iPhone) y comentar mucho, alucinar con el ambiente, bellini va bellini viene, esa fue nuestra estresante actividad.
Calidad 10, servicio 6, la decoración 8, el estado de conservación 8 y el ambiente de 12 en mi escala particular. Perfect NY!!
Por supuesto hay que repetir siempre. Es caro, da igual :-)

- Domingo: Brunch en Popover Cafe.


Este brunch lo conocemos de toda la vida de Dios que conocemos NYC.
Nos llevó mi querido amigo Alfonso en nuestro primer viaje a La Ciudad. Nunca nadie tuvo mejor Cicerone que nosotros en ese primer viaje.
El domingo nos fuimos a la Ave. Amsterdam a este Popover café. 
Brunch típico de carta, gran parte de los new yorkers conocen este Café y sus popover.

Popover caseros
Los popover del Popover Cafe. Hace muchos años, Alfonso y Jorge (carita de agotado)

Los popover son una especie de pan enorme, medio huecos por dentro, hecho con huevos y leche y no tengo ni idea de que más.
Los sirven con todo.
Típico con mantequilla de fresa que está muy buena.
Y en la carta, popover con todos los platos del brunch, huevos, sandwiches, ensaladas, tortillas...
Platos talla XXL muy americano.
Batidos naturales muy ricos, cafés, chocolate, té y cocktails, aunque a mi allí no me pegan, la verdad.


Este brunch de último domingo (por esta vez) consistió en zumos de naranja naturales, tortilla blanca con verdura y salchicha de pavo (el único plato diet de toda la carta) con popover para mi y pop-eyes para Jorge (huevos benedictine con salmón sobre popover)

Os prometo que esto es diet para ellos...
Esto es lo normal (3 huevos y unos 400 gr de salmón)

La curiosidad de este sitio es que puedes tomar este tipo de comida cualquier día de la semana desde las 7:30 hasta las 21:30, es barato, bien servido y de muy buena calidad.
Siempre hay colas y los domingos para el brunch puede que ser que haya que esperar hasta una hora para tener mesa.
Para un domingo se me ocurre llegar caminando después de un gran paseo por Central Park y después del popover, otro paseo hasta el Licoln Center (y ya seguir un poco más hasta Columbus Square para bajar las calorías del diet...)


Hemos ido a este brunch siempre que hemos estado en NYC, imagino que seguiremos repitiendo, quizás ya por convención establecida y amistad enorme con quien nos lo presentó.
Es recomendable ir, habitual para los que viven en Manhattan, la zona no es de matar de belleza pero es el recuerdo que tienen de su madre, Holanda, no hay que olvidar que la ciudad de NY fue un intercambio de holandeses a británicos hace ya unos añitos... La Ave. Amsterdam está llena de edificios típicos de las ciudades holandesas.

Y por esta vez ya :-)


Y no voy a terminar este post sin comentar algo MUY IMPORTANTE para mi.
El día 6 de enero, día de Reyes, estaba yo en NYC. Desperezándome en la cama, a eso de las 10 de la mañana, 4 de la tarde en Madrid, ojeo mi "tuiter" y me encuentro con un "tuit" curioso de una de mis grandes amigas encontradas en la blogsfera: Cinti Ferrara @Cyrann, de uno de los mejores blogs de consejos de cosmética: "Cosmética que sí funciona"
Cinti me dice:" Dolce Far Niente. Blogs que sigo" Y a continuación este link: http://www.cosmeticaquefunciona.com/2013/01/dolce-far-niente-blogs-que-sigo.html

Al abrirlo me encontré una preciosa sorpresa, un regalo de Reyes que no podía ni imaginar ¡¡GRACIAS, QUERIDA CINTI!!

Así que Cinti me hizo pasar un emocionante día de Reyes en NYC :-)
Mi Jorge se llenó de orgullo y me decía: bueno, tu blog es petardo pero con amigas así bien vale ser la petarda de blogger :-)

No creo que sea fácil agradecerte este detalle, Cinti, pero en febrero voy a Barcelona y te prometo que trataré de agradarte y asegurarte que aunque pertarda, muy petarda, soy también noble y tienes mi corazón para siempre.

Poco más.

Cheers
A

martes, 1 de enero de 2013

2013

¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!


Sigo sin wifi :-(
Y creo que estaré así hasta el 14 de enero... Pufff.
Me voy fuera, después de muuuucho tiempo sin vacaciones, mi marido tiene unos días, nos vamos a NYC... Mi Dolce Far Niente más especial...

Os deseo los mejores 2013 momentos de vida con un post muy muy especial en el blog de mi web Azucena Alonso.

Con mucho amor para tod@s vosotr@s.
Nos vemos pronto, desde NYC prometo entrar todo lo que pueda para leeros, saludaros y quereros.

¡A por nuestros deseos!
A