Pera Palace. Estambul. Turquía

Hoy doble post, primero uno de los sitos más Dolce Far Niente del mundo, por bello y lleno de cultura pero antes...
Gracias al blog Me Has Dado Una Idea, no os lo perdáis poque es una monada de blog lleno de ideas,  que ha vuelto a nominar Mi Dolce Far Niente a los Liebster Blog ¡¡GRACIAS!!  AQUÍ pongo el link donde podéis ver el post referente a esta nominación. Me siento muy feliz por la acogida del blog en este mundo tan dificil blogger. :-)))))))))
Así que, os invito a un té en uno de los sitios más bellos y llenos de glamour que conozco:

Con esta entrada me voy a poner irremediablemente ñoña y nostálgica... Snifff... Estambul ¡qué bonitos recuerdos! Es evidente que la memoria es muy inteligente y con el paso del tiempo sólo recuerda lo bueno.

Eso me pasa. Al empezar a seleccionar sitios y fotos para este blog, Estambul vino a mi mente, un montón de recuerdos de uno de los años más importantes de mi vida, quizás el más importante como crecimiento personal y aprendizaje de vida, un auténtico Master.

No me voy a poner a contar vivencias de mi año en Turquía este post sería una lluvia de emociones y un tratado psicológico/sensitivo que no viene al caso, pero no reprimiré la necesidad de contar, tratando de ser breve (difícil para mi inexistente capacidad de concreción) algunos de los momentos que han marcado toda mi vida.

En Estambul aprendí el gusto por lo verdaderamente exquisito. Es una ciudad mágica, llena de luz y colores, sombras y rincones, olores y sabores, placeres, pecados, cultura, peligros, arte, arte por todas partes. Y belleza, una belleza concentrada en tantos y tantos lugares que es un auténtico derroche de esplendor, por algo Estambul fue la capital del más bello imperio de todos los tiempos: Bizancio y su capital, Constantinopla... Ufff se me eriza la piel.

Recurrimos a la wiki que es la madre de toda la cultura ciber espacial Imperio Bizantino (creo que es importante leer un poco este artículo y dejarnos empapar de las maravillas de la antigüedad)

San Alejandro I de Constantinopla

En este blog habrá una serie de post dedicados a Estambul, en cada uno contaré algunas de las cosas que recuerdo con más amor y alma, siempre desde la faceta de la belleza y la poesía que siento hacia Estambul.

Para hablar del Pera Palace, tengo que hacer una breve referencia a una persona muy importante en mi vida e insustituible en mi año turco: Irma Firuz, Cónsul de Panamá en Estambul, amiga de la familia y una de las personas con mejor gusto, educación, cultura y refinamiento que he conocido hasta ahora. 

Entre otros lugares apasionantes de la ciudad, Irma me mostró el glamour del Pera Palace.

Fue allí y con ella donde comencé a saber algo de tés (no es casualidad que Irma sea China/Panameña en la cultura que tiene del té) 

Irma me enseñó el aroma de la bergamota y sus cualidades en el Earl Grey y se ha convertido en MI TÉ.

Es muy diferente tomar un té en su perfecto punto de hervido, en la taza adecuada, el punto dulce adecuado... y por supuesto algo muy importante: el lugar y la compañía.

Un té en el Pera Palace es un lujo de sultanes que los mortales nos podemos permitir.

Este Hotel Pera Palace es desde hace muy poco regentado por la firma más lujosa del mundo: Jumeirah. Dueños del hotel más caro y lujoso sito en Dubai: Burj al Arab y de otros tantos en el Emirato Árabe y parque temático de la ostentación y lujo mal entendidos (objeto de otro post, pica en Burj Al Arab para echar un vistazo) 

En el link podeis ver el hotel y demás. Yo sólo voy a contar las "subjetividades" emocionales de mis tés en el Café del Pera Palace, lugar imprescindible en cualquier visita a Estambul (por suerte no está en las guías turísticas como casi nada de lo que me apasiona de esta ciudad)

Entrada principal al hotel

Antes de tomarnos un té con alguna de la tartas caseras o pasteles, de corte y receta franceses, tenemos que darnos un paseo por el hotel. Construcción Art Nouveau coqueta por cada poro que vemos.

El lobby de entrada y las escaleras ya dejan ver algo de lo que nos vamos a ir encontrando, cada vez que he ido, se me pone una sonrisa de satisfacción en la cara desde que huelo el polvo histórico del hotel.

Mármoles y marquetería y vidrios de colores y dorados por cientos, curiosamente no cansa, no aburre y en ningún caso resulta "hortera", en su justa medida para dejar constancia de una época de esplendor y riqueza. No hubo europeo ni americano adinerado y famoso que no dejara huella en el Pera Palace, así dejan constancia las habitaciones y muchos rincones del hotel: La Reina Isabel II, Sarah Bernhardt (mmmmmhhh) Pierre Loti, Alfred Hitchcock, Jacky Onassis y la huésped que ha elevado este sitio al culmen de la magia: Agatha Christie

Todos tienen su habitación en este hotel, hoy son suites (en las que yo no me quedaría ni aunque me pagaran por ello...)

Este hotel fue la parada del más famoso y lujoso tren de la historia: Orient Express que unía París con Constantinopla así que ¿qué más se puede decir? 

Agatha Christie

Siguiendo de visita en el hotel para mi lo más emocionante, después del té, que degustaremos en nada, es el ascensor ¡¡¡qué belleza misteriosa y decadente obra de arte!!!

Y pensar que en ese mismo ascensor, en el que hay que subir de uno en uno porque el ascensorista ya es el peso permitido (y es delgado...) han subido tantas personalidades...

Eso sí, da miedito... el ascensor creo recordar que sólo sube con visitante y baja solo... da que pensar...

 Puerta Art Nouveau del ascensor

Recorrido del ascensor y escaleras

Y nos vamos a tomar el té. El salón de té, una pastelería llena de muebles y decoración de la época, no es muy grande, con cristaleras a la calle, muy agradable. Mesitas de mármol y madera, sillas y sillones muy cómodos, perfecto para pasar un buen rato.

Deliciosas tartas y pastitas de mantequilla, tambien te seducen con pastelitos turcos, diferentes tipo de "baklava" y delicias turcas (de las que hablo en otro post)

En una de las ventanas hay dos sillones con "capucha" que son la joya del lugar, cuentan que Agatha Christie se sentaba ahí cada mañana y cada tarde, después de sus paseos por la zona, y departía con unos y otros o escribía anotaciones para su novela cumbre "Asesinato en el Orient Express".

¡Cuánto glamour e historia en este café! 

Salón de té

La última vez que fui a Estambul, uno de los días caminamos muchos kilómetros. Fuimos hasta Eminönü, barrio  cuya puerta es el Bazar Egipcio o de las Especias (Misir çarsisi) recorrimos toda la zona que conocemos, cientos de callecitas llenas de comercios y barecitos con mucho encanto y que nadie conoce si no eres turco.
Después todo Istiklal Çadessy hasta llegar al Pera Palace, una buena caminata que hace más apetecible el descanso y el mimo que te ofrecen en este café.
Nos trasladamos por unos momentos a épocas de Sultanes y Harenes, aquí puedes imaginarte la favorita :-)

Antes de dejar el hotel una visita a uno de los salones para terminar de soñar con una vida de sultana.
Bailes y convites de épocas pasadas, maravillas de la historia han dejado paso a celebraciones de fiestas familiares en este salón. No creo que ni un ápice parecido a hace 150 años pero siempre es bonito sentirse reina por un día.

Escribiendo este post me han entrado muchas ganas de visitar de nuevo una de mis ciudades favoritas de mi mundo conocido, lo haré, espero en breve.
Contaré más cosas de Estambul en algunos post más en este blog. Serán siempre los que más poesía y magia regalen.
¡Ojalá pudiera transmitir lo que he vivido cada momento en Estambul! Es difícil, no tengo el vocabulario ni la facilidad de expresión necesarios para hablar de las emociones sentidas.

Miss A y un earl grey