Hotel Ferrero. Bocairent. Valencia

Último de los hoteles que he visitado hasta hoy.

Hacía tiempo, exactamente desde que me enteré de su existencia,  que tenía ganas de ir al Hotel Ferrero. La razón es muy sencilla, este Hotel es de Juan Carlos Ferrero, maravilloso tenista español. 

A mi gusto por las cosas bonitas y con encanto se une mis gusto por el glamour :-)    Y sin duda tiene mucho glamour ir a un hotel cuyo propietario es un joven tenista mundialmente conocido, ganador de varios Grand Slam y ex número uno del mundo (por supuesto el morbo también va incluido)

El tenis también forma parte de mis gustos.

Juan Carlos Ferrero

Esta pasada Semana Santa queríamos escapar del mundanal ruido, buscábamos un hotel en medio de nada con sitios cerca para pasear, visitar y, dato importante, que fuera "lujoso" para que yo me pudiera estrenar mis nuevos Louboutin (parece una tontería, y lo es, pero no es lo mismo ponérselos delante de unas personas que de otras...) 

Nos decidimos por Valencia, lejos de la zona de costa, en el monte, pueblos perdidos y el Hotel Ferrero.

Este hotel pertenece a la prestigiosa asociación hotelera Relais & Châteaux garantía de lo que te vas a encontrar es bueno.

Al hacer la reserva por teléfono, una chica muy amable, Marina, me aconsejó sobre la habitación que podría disfrutar al decirle lo que yo demandaba, la elegida fue la Suit Soho. 

Nos envió toda la info del hotel, reserva, SPA y masajes, horario de restaurante... por mail, para poder hacer reserva de tratamientos, comidas y/o cenas con tiempo. 

Entrada

El Hotel Ferrero te recibe después de pasar una carretera sin asfaltar (al menos por ahora) 

Unas enormes puertas (a lo mansión de peli británica de ricos y pobres) se abren y hay un precioso caminito de baldosas rojas y a los lados, altísimos árboles que no sé qué son porque estaban en estado de hibernación a pesar de ser ya primavera. El camino desemboca en un caserón pintado en azul; el recibimiento no puede ser más mágico y peliculero, apto para imaginaciones como la mía, los de mente matemática sólo disfrutarán de árboles y una casa azul.

Es curiosa la mezcla en el diseño del hotel. Una masía del XIX rehabilitada según su estructura original y por dentro, puro diseño. Parece un poco el catálogo de muebles de Habitat, puestos con mucho gusto, pero no dejan de parecer muebles fríos de Habitat.

Digamos que este Hotel si puede ser para amantes del lujo, no es XXL pero es lujoso (sin demasiado encanto una vez terminado de cruzar el camino de baldosas rojas)

La habitación elegida por Marina según mis gustos y necesidades... la Suit Soho, decorada en negros y blancos, cama king size, vestidor perfecto, espejo adecuado, tecnología audiovisual de Bang & Olufsen.

Correcto cuarto de baño y enorme bañera de hidro-masaje.

Una terraza, nada pequeña, de piedra, con vistas a la sierra, grandes hamacas y plantas, completan una habitación correcta.

Detalle importante muy de agradecer en este Hotel Ferrero (y en el restaurante del hotel, un 5 tenedores de estrella Michelín, gastronomía de Paco Morales, al cual me referiré en otro post) toda la decoración y lencería de la habitación es de marcas españolas, más concretamente, de empresas valencianas. Valoración muy positiva en estos tiempos de extranjerismos para creernos más fashion...

Eva, compañera de Marina por la tarde, una delicia de niña todo suavidad y atenciones, nos dio la posibilidad de pedir el desayuno en la habitación. Es hasta la 11:00 y te lo sirven en cualquier parte del hotel: Lobby muy blanco, biblioteca toda negra y con grandes ventanas a un bosquecito de pinos con ardillas caseras, o habitación (¡¡genial!! así te lo puedes tomar a la hora que quieras)

Te recomiendan tomarlo inmediatamente ya que es lo que ellos denominan "desayuno gastronómico" todo recién hecho y calentito: Café suave con espumita, brioche con mantequilla y mermelada (se parece poco a las auténticas brioches francesas pero no están mal) un pastelito de hojaldre relleno de crema, ensaimada calentita, brownie de chocolate negro, bocadillito vegetal con salsa mahonesa de anchoas, zumo de naranjas recién exprimidas y una manzana. Delicioso todo (huelga decir que yo lo tomaba frío cada mañana)

Un fallo: por la noche ponen una tarjeta monísima con el desayuno gastronómico dependiendo de la cocina al día siguiente, el desayuno fue igual cada mañana, o la cocina estaba perezosa por la mañanas o lo de la tarjetita sobraba cada noche.

Lobby

El momento SPA promete más de lo que ofrece. Unas muy buenas instalaciones, bonita decoración, limpieza... Puedes elegir bastantes tratamientos, tipos de masajes... Me gustó, pero quizás tantos masajes de lujo dados por Juani del Hotel MiKasa, dejan al resto de tratamientos de hoteles en mal lugar.

Bueno, merece la pena aunque solo sea por el placer del masaje, el calorcito, el olor de la cremas...  (también marca española y muy buena, Germaine de Capuccini)

Alrededor de la piscina

No es un hotel en el que me perdería, no es de los que dejan huella en mi gusto, pero se deja querer. Cómodo, bonito, bien atendido, pequeños fallos como que tengas que pedir gel o jabón de tocador. 

Quizás a este hotel le falta el encanto de estar regentado por alguien enamorado de su trabajo, que viva con pasión el hotel y a sus clientes, le falta calor, detalles, no invita a tomarse un té y pasarse horas de relax leyendo revistas tontas o perderse en un sillón con un buen libro entre las manos, y eso que el hotel tiene una habitación con cómodos sillones y todas las revistas nacionales y extranjeras para perderse uno en el papel couché, pero quizá tanto orden calculado, no invita a hacerlo... 

Es un hotel perfecto para ser práctico, de sobresaliente en una ciudad como hotel de negocios pero no en mitad del campo, rodeado de arbolitos y magia azul por fuera que se termina en cuanto cruzas el lobby blanco.

Carretera a Alcoy. Sierra de Mariola

Teniendo en cuenta que está en plena Sierra de Mariola lo cual invita a paseos y caminatas largas, pueblos cercanos con mucho encanto e historia, no pasa el notable en cuanto a posibilidad de un buen hotel para darse al Dolce Far Niente.

No es uno de los hoteles que me de pena descubrir, no es de los que me guardaría en la cajita de los secretos placeres. No vi el momento de pedir champagne para disfrutar de risas y burbujas, a pesar de haberme puesto mis Louboutin y unos pantalones de escándalo.

Detalle y post aparte merece el restaurante y la cocina de Paco Morales. Eso será en otra ocasión.

Miss A

ANEXO: El Hotel Ferrero en venta (pica y verás la venta del hotel)...
Bueno, una pena que vaya a perder el glamour de pertenecer a Ferrero. Quizás gane con los que lo adquieran, o pierda... habrá que esperar. Si estáis interesados en tener un hotel, este es un buen momento...
Aunque ahora lo ha desmentido el propio Juan Carlos Ferrero.. Hhmmm veremos en que queda la cosa.