Burj-Al-Arab. Restaurante Al-Muntaha. Dubai

Vogue By Madonna

Esta entrada debe ir unida a este video: Moda, Madonna, Lujo, Manolo Cerrud: VOGUE

Lo mejor de haber estado en este hotel, comiendo, es haberlo hecho de la mano de Manolo Cerrud, mi primo. Restaurante Al-Muntaha

Hay tanto escrito sobre este hotel que yo voy a escribir poco, sólo unas pequeñas pinceladas de como es, su entorno y mi opinión, que seguro es lo único original de todo lo que se ha escrito sobre el hotel más caro del mundo: Burj-Al-Arab (La Torre del Árabe o Torre Arábica)

Fuimos a Dubai porque mi primo estaba trabajando allí como gerente de uno de los restaurantes de uno de los hoteles del grupo Jumeirah en Dubai: Hotel Medinat Jumeirah el cual será objeto de otro post.

Ir con Manolo a comer a este restaurante situado en el roof (daba miedo subir) de este hotel ha sido una divertida experiencia.

Primero había que ponerse monos.

Segundo Manolo era amigo de todos allí.

Tercero es uno de los restaurantes más caros del mundo y nosotros sólo pagábamos la mitad :-)

Cuarto nos regalaron una botella de Champagne que en la carta le ponían el precio de 600 euros (en Dubai el alcohol está prohibido, así que inflan los precios...)

Quinto teníamos una mesa reservada al lado de una ventana.

Sexto estábamos allí ese día a esa hora sólo y exclusivamente por enchufe (es la primera vez en mi vida que me enchufa alguien para algo)

Séptimo porque nos emborrachamos.

Octavo porque después nos dieron un paseíllo en los coches que recorren todo el complejo Jumeirah

Noveno por todo lo que hablamos.

Décimo porque una vez más me di cuenta de lo reñido que está a veces el lujo con el buen gusto.

Estos 10 puntos son la única nota 10 del Bur-Al-Arab. Junto con el servicio y la calidad de la comida que son de Matricula de Honor. La arquitectura es de Cum Laudem

De toda la experiencia Dubai/Manolo Cerrud/Lujo/Precios hablaré en los post de los hoteles en los que estuve.

La única foto mía que creo pondré en este blog

Pues nada, entrar en este hotel y sentir emociones contrapuestas es todo uno. Los "dubaities", de los pueblos más ricos del mundo gracias al petróleo desde hace "unos años", son unos amantes de "lo más... del mundo".

Tienen la torre más alta del mundo (hagan la torre que hagan en cualquier parte, ellos a la suya le suben un metro más...) las escaleras mecánicas más altas del mundo, la lámpara de Swarovski más grande del mundo, el complejo hotelero más grande del mundo, el hotel más caro del mundo... lo que nadie les ha dicho nunca es que tienen el peor gusto del mundo... casi... tienen también un gusto exquisito a veces.

Pero en este hotel más caro y mejor del mundo, catalogado como único de 7 estrellas, el gusto es malo malo.

Y es una pena porque podría haber sido el hotel más bonito del mundo, con permiso de unos cuantos, pero no.

El hotel por fuera es una perla, en pleno desierto de verdad, playa de arena de verdad, en medio del mar azul de verdad, una torre blanca medio hueca que simula perfectamente la vela henchida de un velero. Un barco majestuoso y lujoso, lleno de luz, vaporoso. La arquitectura es de una belleza pasmosa, elegante, situado estratégicamente para no estropear la linea de playa ni producir sombra.

Pero... ¡Ay amig@!... entras y te dan ganas de llorar...

Hay tantos colores, dorados, oropeles, encajes... tanto todo de todo que no sabes si estás en el hotel que has visto por fuera o en una paleta de pintor que se ha fumado un triple peta...

Y lo peor, amig@, es que la maravillosa torre hueca por dentro y diáfana de columnas ERA completamente blanca... ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡!!!!!!!!!!

¿Qué ocurrió entonces? nos preguntamos. Pues que entro el Árabe, es decir el que paga (que a su vez es el dueño de Dubai entre otras cosas) y le dijo a la diseñadora china que seguro que estaba pletórica al ver la que, supongo, debía de ser una maravilla de luz y plasticidad: "¿Qué aburrido, no?" (no sé si le dijo exactamente eso pero que más da...)

Imagino a la pobre chinita encogida con su Ego cubierto de varios miles de litros de pintura plástica...

Y ahí empezó el proceso de destrucción de la belleza.

Desde el lobby hacia arriba

Entradas a habitaciones

Pues nada, se fue la chinita al Centro Comercial más grande del mundo, a buscar una tienda de pinturas de muchos colorines, supongo que la tienda sería como nuestro Leroy Merlin pero a lo bestia.

Como compró tanta pintura le regalaron un montón de pan de oro y como no quería defraudar al Árabe, se lo plantó a diestro y siniestro por rincones y pasillos.

Total, que el morito tan contento, la china cobró una pasta y millones de turistas guardan cola para ver lo que se supone un hotel de lujo. Y lo es, vaya que si lo es, sin gusto pero de lujo, mucho lujo. 

No vamos a hablar de precios porque es de mal gusto... pero para entrar en calor... a partir de 1.600 euros podemos disfrutar de una noche en una de las habitaciones más sencillas y desde ahí hasta lo que vuestros bancos os permitan (si estáis en Bankia y tenéis pensado ir a Dubai este verano, cambiar de banco) 

Pues me ha dado por poner otra foto mía, ¡qué guapo Jorge!

La entrada del público (como el teatro que es el hotel) es grande, muy grande, escaleras de mármol, escaleras mecánicas, mesas, sillones...

En los laterales boutiques llenas de diamantes, rubies, esmeraldas... en cantidades que rallan la ordinariez. Los Rolex más grandes y más feos, una tienda de Rolls Royce (que por cierto, puedes alquilar para darte una vuelta por Dubai) 

Tienda de Cartier, Bulgary, Chanel, Dior, Prada, Hermés, Vuitton, Missoni... y muchas muchas que no me sonaban de nada... 

El hotel tiene una fuente muy curiosa con miles de chorritos de agua que cada no sé cuanto tiempo, unos 20 minutos/media hora, se disparan hasta 30 metros de altura... 

Ya en el restaurante Al-Muntaha es todo mucho más sobrio... Decoración metálica, no hay paredes, todo cristaleras enormes con unas enormes columnas doradas... 

Hay otros cuantos restaurantes, uno de ellos evoca un fondo marino, es decir, han hecho el restaurante en medio de un acuario gigante... No me llamaba nada la atención, es el Al-Mahara

Zona de copas, tés... estar, mirador...

Zona de restaurante

Algo muy curioso, desde este restaurante en el top del hotel puedes ver los famosos complejos de viviendas en medio del mar construidas también por el grupo Jumeirah, y está hecho con tanto detalle, que en unas columnas metálicas brillantes se refleja. The Palm 

Nosotros estuvimos en marzo de 2008, estaban apenas comenzando estas islas, ahora son un parque temático del lujo, como todo Dubai, todo lo que no es desierto que es casi todo...

Las vistas, lo más bello de verdad: todo el desierto que es en realidad este pequeño Emirato Árabe, y los cientos de miles de construcciones que forman la ciudad. 

Fotos (malas) desde el Al-Muntaha

No recuerdo que comimos pero puedo asegurar que fue el pescado más delicioso del mundo, el marisco de más calidad del mundo, las ensaladas y frutas más frescas del mundo y la carne más sabrosa del mundo, regado con el agua mejor del mundo y el champagne regalado más caro del mundo...

El baño... pues una pasada... Detalles de confort y diseño en cada centímetro cuadrado, las toallitas de mano siempre perfectas. En cuanto sale un usuario, entran, lo limpian de arriba a abajo y colocan las toallitas... Todo lo hacen con guantes desechables.

Una pena que Manolo ya no esté en Dubai, volvería ahora allí a escribir los post más pedantes del mundo.

Estando allí nosotros, mi primo entró a formar parte del cuerpo de élite de training del grupo Jumeirah, luego gerente y el año pasado volvió a Madrid asqueado de tanto lujo sin gracia.

Ahora es gerente del grupo de entrenamiento de una de las cadenas de restauración más grandes de España.

Quizás por estos antecedentes me molesta tanto que el servicio sea tan penoso en algunos lugares...  

Nada de esto último viene a cuento en el post pero de lo que realmente estoy orgullosa es de mi familia y amigos y no de los sitios a los que la suerte me permite ir. Así que presumo con orgullo de mi gente 

:-) 

Miss A, la mejor blogger del mundo... ;-)

ANEXO: es decir, que a este súper hotel que todo el mundo desea visitar, yo le concedo un puesto de honor en mi particular Museo de los Horrores: no hay nada peor que un rico con mal gusto y aquí el mal gusto pesa toneladas de petrodolares. Eso sí, el servicio es de matrícula de honor y la arquitectura (que no el interiorismo ni la decoración) es de 10 ++