La Chumbera. Agua Amarga. Almería

Mis querid@s, lo primero es seguir pidiendo disculpas por no leer ni comentar vuestros blogs pero... en 4 días estreno el monologuito "Japuta pero Imbécil" y, aunque lo que se ve en un escenario parezca poca cosa, la preparación que lleva detrás es bastante dura, complicada, mucho estudio, ensayo, desgaste... Termino con poquitas ganas de leer, comentar... Ainssss 

¡¡En nada termino y vuelvo a la carga a leer y comentar vuestros blogs que echo tanto de menos!!

Gracias por vuestra comprensión.

Esta entrada va irremediablemente unida a la primera entrada oficial de este blog: Hotel Mikasa.

E irremediablemente unida a un precioso recuerdo: la primera vez en mi vida que disfruto de verdad y al 100% de un restaurante en todo su esplendor: calidad, servicio, trato, viandas, bebida, postre, tertulia.

Y es un recuerdo porque sólo dos veces he tenido esa sensación de plenitud total de los sentidos a flor de piel, las siguientes dos veces que fuimos: una decepción :-(

¡Qué daño hace a ciertos sitios los cambios de dueño, chef, dirección o personal! En el caso de La Chumbera fue cambio de todo.

Las últimas veces que fuimos era "La Chumbera de Alejandro" y Alejandro, con todos mis respetos, distaba mucho de la calidad, talento y estar del chef original de La Chumbera de "toda la vida" (de toda la vida de La Chumbera que no debe de ser mucha)

Creo que La Chumbera ya no es de Alejandro tampoco, luego comentaré alguna curiosidad de Alejandro. 

Cuando llegamos al Hotel Mikasa en Agua Amarga, nos interesamos por varias cuestiones: playas, paseos, lugares para visitar y restaurantes.

Lidia nos hablo de La Chumbera como el mejor de la zona. Hicimos reserva para esa misma noche.

Es curioso, Jorge y yo hemos catalogado este restaurante como de lo mejor que hemos disfrutado nunca. Una perla que queda en el recuerdo porque ya no es lo que era.

Hace mucho que no vamos a Agua Amarga, puede ser que ya no exista o que haya vuelto a sus orígenes, regentado por un matrimonio alemán/almeriense con un gusto por lo exquisito que caló en nosotros desde el minuto uno.

No es lo que vendían en sí, excelente calidad, consejo, mimo... es como lo vendían. 

Qué gusto pasarnos 3 horas cenando degustando platos hechos con tanto cariño que competían con la calidad del producto.

De aperitivo siempre un chupito de salmorejo, ajos que ni picaban ni hacían que te arrepintieras del "aderezo" español por excelencia y que Victoria Beckham puso en el Top Ten del mundo de los olores, pan recién hecho untadito de aceite puro a elegir: amargo, seco, afrutado... Y palitos de zanahoria con una deliciosa salsa de mahonesa y yoghurt agrio. 

Acompañado siempre con un cava que descubrimos allí y que su color ha hecho huella en mis gustos "alcohólicos".

Ajos que no pican

Gramona Rose Argent

La carta de La Chumbera era pequeña y muy elegida, casi siempre con productos de mercado, así que variaba dependiendo del tipo de verduras, carne y/o pescado que hubieran sido seleccionados por el Chef para confeccionar sus platos.

Fuera lo que fuera, siempre era una delicia.

Hasta me animé a probar filetes de sardinas a la piedra... Abiertos, lomos perfectos, ni media espina, jugosos... y sin olor a sardina...

Ensaladas de verduras frescas con frutas y frutos secos aderezadas siempre con suaves salsas o contrastes dulces/salados/amargos.

Las carnes a la piedra.

El San Pedro, pescado típico de la zona, siempre sabroso y en su punto, solía ser el plato estrella.

La decoración sencilla, rural, acorde con el paraje: desierto almeriense. 

Hasta la decoración cambió de unos dueños a otros y hasta eso se notó en el gusto. Repito, no he vuelto hace años, ni idea de como está ahora.

Esta entrada es, quizás, la más exclusiva de todo lo que va a ser este Dolce Far Niente, y restaurante que recuerdo como exquisito y que perdió todo su valor real y valor añadido. Nunca volveremos a disfrutarlo como en sus orígenes, así que, no me da pena darlo a conocer :-)

A lo mejor alguien me puede decir que ha estado recientemente y que vuelve a ser La Chumbera de relax, buen hacer y mejor comer... Hhmmm mi amiga Lola, vecina de La Garrucha, del blog Mi Pasión la Moda, puede que tenga conocimientos actuales sobre este restaurante... ¡¡Lola, échanos el cuento sobre La Chumbera, está al ladito de tu casa!!

Como postre dos anotaciones: 

Postres siempre 100% caseros, muy poquitas cosas a elegir y de poquita cantidad, lo cual después de una cena de 3 platos más aperitivo, se agradece. Como obsequio de la casa, café o té, unos chocolates con "Peta Zetas", con pimienta, con diferentes sabores salados... Ahora hay por todas partes, hace 16 años, no. 

Y el segundo postre: Alejandro, el que fue un tiempo Chef cuando La Chumbera pasó a ser La Chumbera de Alejandro  (el Ego se adivina de lejos...)

He descubierto que tiene un restaurante de nombre Alejandro... en pleno puerto de Roquetas de Mar (Almería)  Con una estrella Michelín

Hmmmm o poco titilan las estrellas Michelín ya, o le sobra algún pico a esta estrella... O resulta que Alejandro ha mejorado tanto que ya es merecedor de tan codiciado premio, le concederé el beneficio de la duda por el paso de los años. El oficio y la experiencia siempre son un grado.

Desde luego yo recuerdo sus platos con muchas pretensiones pero sin dar en el clavo, muy elaborados y poco suculentos, con mucho nombre pero poco importantes. 

Y por otra parte, Roquetas de Mar me provoca tal urticaria física y pereza mental que ni se me ocurre volver por allí.

Hasta la vista chumbera

Miss A